mamá chumacker
Mujer tenía que ser ¿cuántas veces habremos oído esas odiosas palabras cuando las chicas van al volante?
Pues bien, esta expresión puede deberse a dos razones:
A) los hombres se creen superiores a las mujeres en el manejo de la automoción.
B) se trata sólo de una treta subyacente a toda crítica que sólo pretende cohibir nuestros instintos conductores.
Eso que los hombres tanto admiran de sí mismos no es algo característico de género masculino, sino de la especie humana. El ansia de velocidad, el riesgo y el control sobre el asfalto son asuntos que competen a las aspiraciones autodestructivas y asesinas de cualquier individuo, independientemente de su sexo (y con sexo me refiero a hombre / mujer no mucho / poco).
Cierto. Las mujeres al volante pueden ser tan temerarias o incluso más que los hombres. Cualquier persona en cuanto se monta en un coche sufre una serie de transformaciones, como un licántropo a la luz de la luna, como un digimon ante el peligro, como una fan puta-loca de Andy y Lucas.
Ocurre, señores.
Y el ejemplo más claro lo tenemos en las madres. Quien tenga una madre con carné de conducir sabe a qué me refiero. Sí, las madres, esos seres adorables, dulces, que dedican toda su vida a hacerte la tuya más fácil, que te quieren y te cuidan, te aguantan y no te piden nada a cambio. Las que cuando van de copiloto se pasan el camino advirtiendo de los peligros: cuidao con ese niño, el perro, ¿no has visto el stop?, el semáforo, cuidao con aquel que parece que va borracho, no frenes así, no tontees con los niños en el coche... y un largo etcétera de comentarios tan innecesarios como sacadores de quicio.
Las madres, esos seres encantadores, víctimas de la transformación más radical en el momento de adoptar el rol de conductor. No se tata tan sólo de un cambio de mentalidad; también sufren evoluciones físicas. Desde sudar más que Camacho contra Corea hasta desarrollar unos colmillos puntiagudos al más puro estilo Drácula, pasando por ojos inyectados en sangre o un tocado último modelo "dedos en el enchufe".
En su inmensa mayoría suelen criar una lengua que ni con lejía, y los insultos que profieren por sus bocas suelen ser poco coherentes, ya dependiendo de la razón que lleven ante la crítica que hacen. A partir de ahí las variantes son múltiples.
'Inútil no me estorbes', 'parece una puta', 'que me dejes gilipollas'... y toda una serie de cunplidos cuyo máximo exponente es: y luego dicen de las mujeres ¡serás tío mierda!
P.D. hoy el C:S:I: iba de eso XD
'
Pues bien, esta expresión puede deberse a dos razones:
A) los hombres se creen superiores a las mujeres en el manejo de la automoción.
B) se trata sólo de una treta subyacente a toda crítica que sólo pretende cohibir nuestros instintos conductores.
Eso que los hombres tanto admiran de sí mismos no es algo característico de género masculino, sino de la especie humana. El ansia de velocidad, el riesgo y el control sobre el asfalto son asuntos que competen a las aspiraciones autodestructivas y asesinas de cualquier individuo, independientemente de su sexo (y con sexo me refiero a hombre / mujer no mucho / poco).
Cierto. Las mujeres al volante pueden ser tan temerarias o incluso más que los hombres. Cualquier persona en cuanto se monta en un coche sufre una serie de transformaciones, como un licántropo a la luz de la luna, como un digimon ante el peligro, como una fan puta-loca de Andy y Lucas.
Ocurre, señores.
Y el ejemplo más claro lo tenemos en las madres. Quien tenga una madre con carné de conducir sabe a qué me refiero. Sí, las madres, esos seres adorables, dulces, que dedican toda su vida a hacerte la tuya más fácil, que te quieren y te cuidan, te aguantan y no te piden nada a cambio. Las que cuando van de copiloto se pasan el camino advirtiendo de los peligros: cuidao con ese niño, el perro, ¿no has visto el stop?, el semáforo, cuidao con aquel que parece que va borracho, no frenes así, no tontees con los niños en el coche... y un largo etcétera de comentarios tan innecesarios como sacadores de quicio.
Las madres, esos seres encantadores, víctimas de la transformación más radical en el momento de adoptar el rol de conductor. No se tata tan sólo de un cambio de mentalidad; también sufren evoluciones físicas. Desde sudar más que Camacho contra Corea hasta desarrollar unos colmillos puntiagudos al más puro estilo Drácula, pasando por ojos inyectados en sangre o un tocado último modelo "dedos en el enchufe".
En su inmensa mayoría suelen criar una lengua que ni con lejía, y los insultos que profieren por sus bocas suelen ser poco coherentes, ya dependiendo de la razón que lleven ante la crítica que hacen. A partir de ahí las variantes son múltiples.
'Inútil no me estorbes', 'parece una puta', 'que me dejes gilipollas'... y toda una serie de cunplidos cuyo máximo exponente es: y luego dicen de las mujeres ¡serás tío mierda!
P.D. hoy el C:S:I: iba de eso XD
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7 comentarios
Pandora -
WesZ -
siddhartha -
PoisonGirl -
pero lo que quería era que os echaseis unas risas, si el 90% de la gente se sube al volante se vuelve majara cuando se suben al volante XD
veremos a ver qué tal lo hago yo cuando me toque jejej
Sweet Pandora -
Los comments, ejem, no diré nada sobre ellos porque todos sabemos que las generalizaciones llevan a confusiones :)
Besos n_n
siddhartha -
WesZ -