Dadme una razón para seguir viviendo
Me gustaría compartir con vosotros esta terrible experiencia que espero os sirva en la vida cotidiana. La espantosa situación la vivimos mis primas y yo en nuestro propio pellejo una sábado nefasto en una lejana discoteca de cuyo nombre no quiero acordarme.
Sucedió que estando nosotras bailando y pasándonoslo bomba apareció el chulito de turno con fama de ligón, al que denominaremos Mr. Moscón. Traía a dos amigos en estado de embriaguez. Uno de ellos le dedicó una danza erótica a mi prima, que respondió con una repugnante mueca y unas fuertes náuseas, vamos, en términos coloquiales, que por poco echa la pota. Estábamos hartas de ellos, pero parecía que no captaban las indirectas. Inesperadamente una de nosotras empujó a Mr. Moscón, pero tampoco resultó. Mi hermana, asombrada por su extraño comportamiento, díjole al muchacho:
Sis: Oye, ¿tú eres masoquista?
A lo que el chico respondió:
Mr. Moscón: No, ni único problema es que me tomo la sopa con palillos chinos.
Con esta expresión de jactó de su pasmosa inteligencia.
El del baile provocativo y sensual se había alejado, pero el tercer engendro hizo acto de presencia. A este sujeto lo denominaremos Mr. Viejo Decrépito, por ser un abuelo demasiado entrado en años como para tener éxito con nosotras. Mr. Viejo Decrépito colocó su cochambroso brazo encima de mi hermana. Consiguió huir pero el peñazo de tío no daba su brazo a torcer y lo ponía sobre ella.
En ese preciso instante fue cuando mi increíble persona entró en acción. Me acerqué al individuo y le di un pequeño golpe en el hombro, haciéndole entender que estaba molestando. Le dije:
PG: Tú ò_ó, suelta a mi hermana.
Mr. Moscón, empujándome: ¿qué hacees?
PG, aproximándome amenazadoramente hacia él: ¡¡¿qué te pasa a tiii?!!
Escuchamos al tercer energúmeno reírse, el muy cochinorro. Maldito fue el momento en el que lo miramos y se bajó los pantalones... antes de ver nada, yo me di la vuelta, pero por la cara de un chico que había detrás de mi, por la risa colectiva y por los gritos de mis primas rogando piedad, se le tuvo que ver algo. Este exhibicionista nos ha provocado un trauma psicológico. No creo que lo superemos. Para que os hagáis a la idea, mi prima llora cada vez que ve unos calzoncillos.
Basado en hechos reales. Todos los personajes que aparecen en esta historia tienen nombre y apellidos. Cualquier parecido con la ficción es pura coincidencia.
Sucedió que estando nosotras bailando y pasándonoslo bomba apareció el chulito de turno con fama de ligón, al que denominaremos Mr. Moscón. Traía a dos amigos en estado de embriaguez. Uno de ellos le dedicó una danza erótica a mi prima, que respondió con una repugnante mueca y unas fuertes náuseas, vamos, en términos coloquiales, que por poco echa la pota. Estábamos hartas de ellos, pero parecía que no captaban las indirectas. Inesperadamente una de nosotras empujó a Mr. Moscón, pero tampoco resultó. Mi hermana, asombrada por su extraño comportamiento, díjole al muchacho:
Sis: Oye, ¿tú eres masoquista?
A lo que el chico respondió:
Mr. Moscón: No, ni único problema es que me tomo la sopa con palillos chinos.
Con esta expresión de jactó de su pasmosa inteligencia.
El del baile provocativo y sensual se había alejado, pero el tercer engendro hizo acto de presencia. A este sujeto lo denominaremos Mr. Viejo Decrépito, por ser un abuelo demasiado entrado en años como para tener éxito con nosotras. Mr. Viejo Decrépito colocó su cochambroso brazo encima de mi hermana. Consiguió huir pero el peñazo de tío no daba su brazo a torcer y lo ponía sobre ella.
En ese preciso instante fue cuando mi increíble persona entró en acción. Me acerqué al individuo y le di un pequeño golpe en el hombro, haciéndole entender que estaba molestando. Le dije:
PG: Tú ò_ó, suelta a mi hermana.
Mr. Moscón, empujándome: ¿qué hacees?
PG, aproximándome amenazadoramente hacia él: ¡¡¿qué te pasa a tiii?!!
Escuchamos al tercer energúmeno reírse, el muy cochinorro. Maldito fue el momento en el que lo miramos y se bajó los pantalones... antes de ver nada, yo me di la vuelta, pero por la cara de un chico que había detrás de mi, por la risa colectiva y por los gritos de mis primas rogando piedad, se le tuvo que ver algo. Este exhibicionista nos ha provocado un trauma psicológico. No creo que lo superemos. Para que os hagáis a la idea, mi prima llora cada vez que ve unos calzoncillos.
Basado en hechos reales. Todos los personajes que aparecen en esta historia tienen nombre y apellidos. Cualquier parecido con la ficción es pura coincidencia.
3 comentarios
Nimue y su kaos -
T13 -
Yo y mi inglés de huerta...
T13 -
Gracias por recordarme este día poison del top diez de los días poison.
Besines.